“Somos lo que comemos y lo que absorbemos”
¿Somos lo que comemos?
Hipócrates ya dijo esta frase hace 2600 años y la ciencia del siglo XXI le está dando la razón, somos lo que comemos y absorbemos en el intestino delgado.
¿Por qué necesitamos comer?
Desde que nacemos hasta que morimos no tenemos despensa para hacer todas las actividades necesarias que nos permiten estar vivos, tener energía -sin energía no hay vida-, aportar los materiales imprescindibles para la reparación, recuperación y regeneración de nuestro propio organismo: de los billones de células que poseemos, tres mil millones se recambian cada minuto, a excepción de las neuronas encargadas de guardar nuestra memoria vital sobre quienes somos y de las células gonadales, responsables de transmitir nuestra memoria genética, el resto de células se recambia cada 7 a 10 años.
¿De dónde obtenemos todas esas piezas necesarias para la supervivencia?
El ser humano es un ser vivo, un sistema energético abierto al mundo exterior del cual depende.
De ahí, vamos a obtener el aire que respiramos, que aportará el oxígeno necesario para nuestra supervivencia, ya que sin oxígeno me muero en 3 minutos. Este proceso está regulado por el Sistema Nervio Autónomo (el automático) que a través del sistema cardio-respiratorio lo distribuye por todo nuestro organismo, sin pensar.
El agua que bebemos, si no bebo muero en 3 días.
Los alimentos que comemos.
En estos dos últimos procesos participan el consciente y el inconsciente, y por tanto están modulados por hábitos familiares, sociales, culturales y también por nuestro estado anímico.
Y por último, la forma en la que nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás, ya que somos animales sociales y dependemos de la tribu para nuestra supervivencia.
¿Es lo mismo alimento que nutriente?
No. Alimento es lo que me pongo en la boca. Nutriente, son las moléculas contenidas en dicho alimento que pueden ser asimiladas y utilizadas por el organismo.
Al proceso de partir moléculas grandes en otras más pequeñas se llama digestión. Después de la digestión tiene lugar la absorción a través del impermeable inteligente que es el intestino delgado.
¿Cómo reconoce nuestro intestino lo que es bueno (alimento) de lo que es malo (tóxico)?
Para hacernos una idea de lo vital que es esta función, sabemos que a lo largo de una vida el sistema digestivo tiene que procesar entre 60-70 toneladas de comida y alrededor de 100 toneladas de líquidos, lo constituye una amenaza para su integridad y la del organismo en general.
El intestino delgado es nuestra mayor superficie en contacto con el mundo exterior, tiene un tamaño aproximado de 8 metros macroscópicamente y aumenta su superficie microscópica de una forma muy inteligente, con plegamientos llamados vellosidades. Si despliego toda esa superficie llega a ocupar 300m², es decir, el tamaño de alrededor de dos campos de tenis.
Para que el nutriente entre en nuestro interior se necesita la colaboración de tres protagonistas principales que constituyen el ecosistema intestinal:
- El primero es la microbiota, conjunto de microorganismos que se localizan en el cuerpo humano.
- El enterocito, donde se encuentran los sistemas de transporte y que poseen unas uniones muy fuertes que hacen de barrera mecánica.
- Y el tercero, el sistema inmune intestinal que representa alrededor del 75% de todos nuestros policías y soldados del organismo (GALT).
Se necesita del equilibrio/armonía de los 3 comportamientos para poder absorber los nutrientes y para la regulación inmunológica y neuro-endocrina ya que a lo largo del sistema digestivo se localiza nuestro segundo cerebro evolutivo llamado sistema neuro-entérico que se encarga de la comunicación mente-intestino.
El desequilibro de dicho sistema va a provocar una alteración de la permeabilidad intestinal que dará lugar a una sobrecarga en la eliminación de productos tóxicos, un incremento del estrés oxidativo, alteración neuro-inmuno-endocrinológica y alteración de la regulación genética.
Por tanto no se puede tener una buena salud sin una buena absorción intestinal.
Douglas Laboratories. Mayo 2018. “Microbiota intestinal y disbiosis”
“El ser humano es colonizado por la microbiota normal en el momento del nacimiento y del paso por el canal de parto. El contacto inicial con el medio ambiente, con otros seres humanos, y la alimentación del bebé después del nacimiento provoca el desarrollo de una microbiota normal estable en la piel, la cavidad oral y el tracto intestinal en aproximadamente 48 horas. El establecimiento de una relación “saludable” al inicio de la vida parece ser crítico para mantener la homeostasis intestinal”.
Para leer el artículo completo en este link
http://www.douglaslabs.es/blog/disbiosis-de-la-microbiota-intestinal/
Rob Knight. “Cómo nuestros microbios nos hacen lo que somos”. TED/2014
“…imaginen si existiera un órgano olvidado en el cuerpo que pesara tanto como el cerebro y fuera en cierta forma muy importante para nosotros pero del que supiéramos muy poco y lo tratáramos con esa indiferencia. E imaginen si, mediante el avance científico, empezáramos a entender la importancia que tiene para la forma de pensarnos. ¿No querrían saber más sobre ese órgano?
Bueno, resulta que tenemos algo así: el intestino, o mejor dicho, sus microbios. Pero no solo son importantes los microbios del intestino. Los microbios de todo el cuerpo resultan cruciales para toda una gama de diferencias que conforman las diferentes personas que somos. Por ejemplo, ¿han notado cómo los mosquitos pican mucho más a algunas personas que a otras?”.
Para ver la conferencia TED completa en inglés, aquí tienes el link.
https://www.ted.com/talks/rob_knight_how_our_microbes_make_us_who_we_are/transcript?language=es