Se han producido más cambios en los últimos 50 años que en toda la historia de la evolución de la vida. La discordancia entre nuestra biología, determinada genéticamente y los patrones de vida de la sociedad occidental, tanto nutricionales como culturales, ha dado paso a la aparición de muchas de las enfermedades crónicas de la civilización.

Las principales causantes de muerte son las enfermedades cardiovasculares (40%) el cáncer (24%), enfermedades del aparato respiratorio (10%) del sistema digestivo (6%),causas externas (6%). Es muy relevante también el incremento de las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. En todas ellas se observa una agregación familiar.

Es evidente que somos resultado de nuestro potencial genético y de los factores ambientales a los que estamos expuestos. Contra el primero no podemos, aun,
influir de forma directa, pero si indirectamente, controlando nuestra exposición a los factores exógenos de forma activa, lo cual puede modular la expresión genética
(epigenética).

 

¿Qué carga tiene los genes en la aparición de enfermedades o en la preservación de la salud? Estamos intentando solucionar estas preguntas utilizando el estudio de dos poblaciones:

-Poblaciones más longevas del mundo
-Estudio de gemelos idénticos

Los datos aportados hasta el momento son esperanzadores: nuestra carga genética nos puede predisponer a mayor longevidad, salud y/o aparición de enfermedades degenerativas en solo un 25%. No modificable.

La exposición a factores del medioambiente como el cambio climático, contaminación, exposición a tóxicos…, contribuye un 5 %. No modificable (o modificable en décadas de concienciación y compromiso de los gobiernos del mundo entero)

Nuestro estilo de vida a través de la nutrición, actividad física, control del estrés influye en la posibilidad de enfermar en un 70%. Modificable.

Con la más reciente tecnología, ahora finalmente es posible examinar los genes de un individuo y determinar sus riesgos de salud personales. En muchos casos, al aprovechar esta información y cambiar los hábitos del paciente se pueden prevenir enfermedades. Ese es uno de los desafíos de la Medicina del Siglo XXI.

Somos por lo tanto responsables de nuestra salud

Dra. Rosa Moltó